¿HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE?

Cap. 6: “Pasiones Desbordadas, Mi Primer Verano Universitario”

¿Les ha pasado que una sola caricia les altera las hormonas? Pues este verano sufrí una verdadera revolución. Tal vez la más pequeñas no me entiendan bien, pero las más grandes, estoy segura, lo harán a la perfección.

Luego de ver nuestras notas finales y saber que todas aprobamos quedamos en salir al día siguiente, ese viernes sería el inicio oficial de nuestras vacaciones.

Las chicas y yo nos fuimos a un bar del que oímos hablar, todos comentaban sobre este nuevo lugar.
-Según mis fuentes, lo inauguraron hace unas semanas.
-Oye, Mina, y ¿cuáles serían tus fuentes?
-Bueno, Ray, eso da igual, lo importante ahora es averiguar dónde está ese maravilloso lugar.
-¿Maravilloso?, pero si ni siquiera lo conoces- dijo Lita disimulando su risa.
-A mí me da igual el lugar al que vayamos, sólo me interesa salir- dije en un tono entusiasta para animar a mis amigas aún más
-Lo malo es que no sabemos como llegar a ese nuevo bar- Mina ponía cara de víctima
-Pero si tú fuiste la que oyó de él- reclamó Lita- ¿acaso no le sabes ni el nombre?
- ¡¡Sí!! Ahora que recuerdo, sí alcance a escuchar el nombre del lugar- exclamó Mina muy orgullosa de su descubrimiento
-¿Y Bien?- preguntamos al unísono, esperando a que Mina en verdad recordara algo
-Se llama StarLight
-¿StarLight?- repitió Lita- que curioso nombre
-Sí, ese es el nombre y está ubicado en la 5ª avenida. Lo inauguraron hace un mes y por todo el verano las chicas podrán entrar gratis.

Todas nos quedamos sorprendidas mirando a Amy después de tal declaración, finalmente, le pregunté:
-¿Y tú cómo sabes todo eso, Amy?
-Muy fácil chicas, lo busqué en internet- respondió con una gran sonrisa, ella también estaba muy emocionada por salir, hasta los más estudiosos necesitan divertirse de vez en cuando.
-Podemos reunirnos en mi casa- ofreció Lita- y luego nos vamos todas juntas ¿qué les parece?
-Genial- respondimos todas
-Entonces ya quedamos, hasta mañana en la noche- se despidió Ray
-¿A dónde vas tan apurada?- cuestionó Mina
-Es que tengo una cita con Neflyte y no quiero hacerlo esperar- dijo Ray mientras daba la vuelta para marcharse
-Bueno chicas, también deberíamos irnos, no tenemos nada más que hacer aquí hasta el próximo año- señaló Lita
-Tienes mucha razón, ya vámonos- la apoyamos Mina y yo


Cuando llegamos al famoso StarLight, realmente nos sorprendimos. Por fuera parecía solo un bar más, con una puerta chiquita y descolorida, pero una vez adentro nos llevamos una gran sorpresa. Era una discoteca de lo mejor, tenía una enorme pista de baile con un luminoso y colorido bar en el primer piso, una pista más pequeña con música más relajada y unos cuantos asientos en el segundo nivel. La caseta del DJ estaba ubicada en lo alto justo frente a la barra. Todos bailaban libremente, con o sin pareja, algunos en grupos; el bar estaba al borde del colapso, pero a nadie parecía disgustarle el exceso de gente, ya que era el nuevo lugar en onda de la ciudad y todos, lógicamente, querían estar en él.
Estábamos bailando y decidimos ir al baño, cuando me di media vuelta quedé de frente a un tipo que me miraba con cara de asombro mientras el agua del recipiente que él llevaba, corría por todo mi pecho.
No me salía el habla, esa cosa estaba… congelada.
-No te preocupes es sólo hielo derretido, no le pasará nada a tu ropa- dijo para que yo no me alarmara
-Sí, creo que tengo uno sin derretir justo aquí- dije abriendo un poco mi blusa y quitándome el hielo que había ido a caer directo a mí sostén- ¿creen que eso fue vergonzoso?, no se imaginan lo que sigue, al retirar el inoportuno trozo vi mi blusa empapada y recordé un pequeño detalle, que tal vez explicaría por qué ese chico no dejaba de mirarme atónito, sin presumir, pero poco le faltaba para babear. El detalle… yo traía un pequeño y ajustadísimo top con los más finos breteles (eran casi de adorno), que por cierto era de una tela muy delgada y blanca. Ahora mis queridas amigas, ¿saben ustedes lo qué pasa cuando una tela blanca y delgada se moja?
¡¡¡SE TRASLUCE!!!!

Entonces, recapitulemos, ahí estaba yo; en plena disco, quitándome un hielo del sostén con una blusa empapada que se traslucía hasta el más mínimo detalle de mi ropa interior. ¡Que bonita primera impresión!

Lógicamente el causante de todo esto aprovechó de disfrutar la vista de primera fila que tenía, sin ningún disimulo me devoró con la mirada. Todo esto ocurrió en un breve lapsus de tiempo que para mí pasó como en cámara lenta. No me di cuenta cuando Ray me tomó del brazo y me jaló hacia el baño, gracias al cielo existen los secadores de manos, con el aire caliente logré secar un poco mi delgado top.

-Estás bien Serena- preguntó Amy
-Sí, sólo mojada
-Hay, Serena, sólo a ti te ocurren estas cosas- dijo Lita
-Mojada y ruborizada- aclaró Mina entre risas
-Y qué querías, no fue precisamente la situación más cómoda de mi vida (curiosamente tampoco fue la más incómoda)
-Bueno ya está, creo que es lo más seco que puede quedar- dijo Ray, quien me ayudaba con el top.
-Sí, creo que ya está bien- dije tocándome la ropa
-Entonces, vamos a seguir bailando- gritaron Lita y Mina

Cuando volvimos a la pista de baile, Mina advirtió que el responsable de mi incidente estaba en el bar.
-Mira, Serena, al parecer tu amigo trabaja aquí- Mina miraba en dirección a la barra
-¿Mi amigo? Hay siempre tan graciosa, ¿verdad?- mascullé sin mirar
-Serena, no te enfades, ya sabes como es Mina- Amy trataba de calmarme
-Oigan, creo que está mirando hacia acá- anunció Ray dándome golpecitos con el codo
-¡¡Ya déjenme en paz!!- exclamé con fuerza
-Pero, Serena, sólo decimos la verdad- dijo Lita con un tono amigable
-Chicas, creo… creo que viene hacia aquí- murmuró Amy
-¿Creo? Amy, por Dios cómo que “creo”, viene exactamente hacia aquí y no deja de mirarte querida amiga- resaltó Mina

Mientras todas seguían pendientes del asunto yo no le daba importancia, de hecho, ni siquiera me había tomado la molestia de voltearme a ver. De pronto sentí una voz grave susurrando en mi oído.
-Hola
Giré mi cabeza para encontrarme frente a él otra vez, era exactamente como la escena de hace un rato atrás sólo que sin el agua derramada en mi top ni mi cara de sorpresa y espanto. La expresión que seguía intacta era la suya, aún parecía que iba a devorarme con la mirada.
-Hola- dije mirando directo a sus ojos azules
-¿Cómo estás?- preguntó con una sonrisa en el rostro
-Todavía algo húmeda- respondí en tono irónico
-Oh- exclamó mientras se estiraba un poco hacia atrás para observar mi blusa- lamento lo del agua, venía muy apurado y me empujaron, ya vez que está repleto- señaló mirando alrededor.

Hace un par de minutos estaba tan furiosa que sin dudarlo habría reclamado hasta cansarme, pero ahora que estábamos frente a frente, apretados por la multitud que nos rodeaba y con las miradas encadenadas, simplemente, no pude. Algo extraño me sucedía, algo que nunca antes había sentido, pero no estaba segura de cómo explicarlo. Sólo quería estar cerca de él.
-No te preocupes, entiendo que fue un accidente- mencioné con voz calmada- No creo que atiendas así a todos los clientes, ¿verdad?- dije entre risas
-Sólo a las chicas lindas que me interesa conocer- susurró lentamente en mi oído
Debo admitir que ante tal respuesta me habría sonrojado al instante, de hecho creo que cualquiera se ruborizaría ante tan descarado coqueteo, pero no fue así. Sabía exactamente hacia donde apuntaba su comentario y yo iba a contestarle sin una gota de vergüenza.
-Para conocerme no hacer falta que me derrames agua encima- puse en práctica el paquete completo de coqueteo; el tono de voz, la sonrisita, la mirada; absolutamente todo y él lo captó enseguida.
-La próxima vez podría intentar con un Vodka- sugirió en tono burlón rozando mí oído con sus labios al hablar.
-Umm, interesante elección, aunque preferiría el Vodka en un vaso antes que en mi ropa- dije desviando la mirada en dirección a la barra.
-Bueno, si me lo permites, podría invitarle un trago a este bombón que tengo en frente- dijo mientras me tomaba por la cintura y me miraba de pies a cabeza.
Sin pensarlo ni una sola vez, le indiqué a las chicas con la mirada hacia donde me dirigía, obviamente ellas lo entendieron en seguida respondiéndome con unas pícaras miradas.
Dejé que me guiara hasta el bar, donde se acercó a un chico de cabello corto platinado que se veía de unos 25 años. No pude escuchar que le murmuró al oído, pero al instante el chico que estaba al otro lado de la barra me puso enfrente un vaso y me guiñó un ojo en forma de saludo, luego se dio giró para atender el atestado lugar.
-Aquí tienes hermosa, la casa invita
-No suelo aceptar tragos de desconocidos- dije en tono inocente, mientras sus facciones dibujaban líneas de confusión- deberás decirme tu nombre primero- aclaré con una coqueta sonrisita.
-Mi nombre es Seiya, pero tú puedes llamarme «mi amor, mi vida» o como gustes.
-Ja! Lo siento cariño, no suelo ser tan empalagosa para los nombres- le contesté en tono pedante haciéndome la interesante.
Él sonrío en silencio y sujetando mi barbilla me preguntó:
-Entonces, ¿cuál sería el nombre de mi bombón?
-¿Tu bombón?- cuestioné levantando una ceja- Me llamo Serena y no tengo dueño- agregué categórica, viéndolo directo a los ojos, a la vez que tomaba el vaso y me daba media vuelta lentamente. Si todo funcionaba como yo creía no dejaría que me alejara más de dos pasos.

-No me vengas con excusas baratas, Serena Tsukino, si no te zafaste fue porque no quisiste- Ray me sermoneó- ahora entra en el taxi para que podamos irnos.

El resto del fin de semana dormí como si estuviera en coma, entre los desvelos por estudiar para los exámenes y la salida para celebrar no pude reaccionar hasta el domingo en la tarde. Aún así sólo llegué hasta la cocina y luego a sentarme frente a la computadora, chateando con las chicas me enteré que no fui la única en participar de la maratón de sueño. Lita y Mina, también, descansaron tanto como yo; Ray me contó sobre su cita del domingo con Neflyte y Amy dijo que había salido a pasear con su mamá.
Lógicamente esa sesión de chat estuvo dedicada, principalmente, a los comentarios post salida, resulta que a todas nos encantó el lugar, pero cómo es un caos escribir tantas cosas al mismo tiempo, decidimos reunirnos el martes.

Ese martes por la tarde, luego de un rato, Mina nos dijo exaltada:
-Chicas, quiero hablar seriamente con ustedes- todas la miramos con atención y alerta- necesito pedirles un favor y no se pueden negar- su voz era decidida y tajante
-¿Qué es lo que pasa?- preguntó Ray un tanto inquieta
-Mina, ¿estás bien?- Lita sonaba preocupada
-Es urgente e impostergable que mañana, muy temprano- todas nos encontrábamos expectantes ante el problema de nuestra querida amiga- me acompañen al centro comercial.
-¡¡¡Mina!!!- exclamamos todas en son de regaño
-¿Qué? ¿Por qué me gritan así?- preguntó Mina con inocente semblante
-Nosotras pensando que tenías algún problema grave y tú nos pides eso- alegó Ray
-Sí, Mina, no tenías que causar tanto misterio sólo por ir de compra- explicó Lita
-Ustedes no entienden, necesito comprar algo especial, algo…
-¿Algo para un evento en particular?- interrumpió Amy
-Umm, por casualidad, no será para el fin de semana, ¿o sí?- mencioné curiosa
-¡Claro!- contestó, Mina, haciendo caso omiso a la pregunta de Amy- y comprando mañana ya sólo tendré dos días para prepararme.
-¿Qué hay este fin de semana?- inquirió Lita
-No te dijo tu mamá que dejaras de comprarte ropa- resalté sin prestar atención al resto de mis amigas.
-Ya lo sé, Serena, pero necesito algo que diga: “Voy por ti”, “Esta noche serás mío”.
-¡¡Quieren decirnos de una vez, qué rayos hay este fin de semana!!- gritó Ray
-StarLight- respondimos, finalmente, Mina y yo al unísono
-¿StarLgiht?- repitieron de forma confusa, Lita, Amy y Ray
-Así es- sentenció Mina- debo lucir espectacularmente irresistible
-¿Que no es ese el lugar donde fuimos el viernes?- preguntó Amy confundida
-Exactamente, pero aún no entiendo, por qué tanto alboroto- dijo Ray
-Por favor, no me digas que es por algún chico, Mina- pidió Lita
-Para nada- respondió Mina con altanería
-¿Estás segura?- cuestioné, dirigiéndole una mirada acusadora
-Claro que estoy segura, él no es un chico- hizo una pausa mientras todas nos miramos extrañadas- es un hombre- prosiguió, con los ojos brillantes
-Ya lo sabía, quieres atrapar al platinado de la barra- la acusé entre risas
-¿Platinado?- murmuró Amy
-¿De la barra?- preguntó Lita
-Eso quiere decir que, ustedes- Ray nos miró a Mina y a mí- ya hicieron los planes de nuestra próxima salida- hizo una pausa- pues, lamento decirles que no cuenten conmigo.
-Pero, Ray, no te molestes con nosotras- dijo Mina a la vez que se colgaba del brazo de Ray.
-No me digas que te enojaste, porque decidimos el lugar sin consultarles- cuestioné preocupada.
-Para nada, es sólo que el viernes por la noche tengo una cita con Neflyte, así que no podré salir con ustedes- declaró Ray.
-¡Vaya!- exclamó Lita- parece que vas muy enserio, Ray
-Te felicito, amiga- Amy le dedicó una sonrisa
-Pero, Ray, no tienes porqué faltar- dije captando la atención de todas- simplemente vamos el sábado en vez del viernes.
-A mi me parece excelente- respondió Ray
-El sábado, pero eso es un día más de espera- reclamó Mina haciendo un puchero
-Tendrás un día más para prepararte- sugerí a Mina y luego murmuré- y yo un día más de suspenso
-Buen punto, entonces vamos el sábado- Mina sentenció tajante- y mañana me acompañan al centro comercial.
Amy y Lita rieron y al final todas confirmamos para el día siguiente.

Ese sábado, quedamos de reunirnos antes de lo habitual para ir algún lugar previo, por supuesto, no resultó. Mina se demoró tanto en arreglarse, que al final llegamos más tarde de lo común, bueno, lo admito, yo también me atrasé, pero es que tuve crisis de vestuario y ustedes saben cómo es eso.
Llegamos a StarLight cerca de la 1 am, el lugar estaba repleto, al parecer eso no cambiaría durante un largo tiempo. Ese día capturamos algunas miradas desde la entrada, las primeras fueron de reproche; Ray, Amy y Lita nos esperaban a Mina y a mí en la puerta; no me explico cómo es que siempre éramos las únicas dos en llegar tarde… En fin, una vez adentro las miradas se volvieron prácticamente de acoso, unos cuantos saludos de desconocidos haciéndose los simpáticos y otros tantos que voltearon su cabeza mientras pasábamos cerca de ellos; la verdad no es por falta de humildad, pero las chicas y yo siempre nos arreglábamos muy bien, cada una en su propio estilo, lógicamente. Ya podrán adivinar quiénes eran las más extravagantes con su imagen… exacto, Mina y yo. Ahora recuerden que, además, esta era la noche de conquista y mi amiga estaba más que preparada para batalla.
-Todos nos están mirando- mencionó Amy un tanto incómoda, observando en todas direcciones.
-Obvio, qué más querías- respondió Ray- Mina acaso no encontraste nada más escotado que ponerte- dijo sarcástica.
-Ya, no es momento de pelear- intervino Lita- y agradece que se puso calzas, sino necesitaríamos un guardaespaldas- bromeó.
-Ya, chicas, no me molesten- alegó Mina haciendo un puchero- hoy tendrán millones de ojos sobre ustedes y todo gracias a mí- se pavoneó.
-No seas tonta, aquí no hay millones de personas- mencioné sólo para fastidiar a Mina
-Pero cada persona tiene 2 ojos, así que cuentan doble- respondió ella en medio de carcajadas.
-Oye, Mina, ¿por qué caminas así?- pregunté- tienes tanto equilibrio como la vez que te embriagaste y eso que venimos llegando- dije entre risas.
-Es que no aguanto estos zapatos- confesó- los amo, pero los odio.
-¿Cómo es eso?- preguntó Lita.
-Los amo, porque son hermosos, pero los odio porque me están matando del dolor.
-Mina, no tenías que ponerte esos zapatos si te incomodan- mencionó Amy.
-Claro que sí- fanfarroneó- no ves que lucen perfectos con mi lindo vestido negro y mis preciosas calzas, además necesito estos zapatos para mi objetivo de hoy- declaró entrecerrando los ojos.
-Claro, con lo linda que te ves caminando así- volví a molestar.
-Ah, como si tú nunca hubieras usado zapatos incómodos sólo por verte bien, Serenita- dijo Mina, luego se apoyó en mi hombro y continuó- chicas, el blanco de hoy ha sido localizado- Mina seguía con la vista un punto móvil en el lugar; se enderezó, tomó una actitud seria y caminó como si flotara en las nubes.